domingo, 17 de mayo de 2015

Filosofía del marketing con Edward Azorbo

El marketing online es muy susceptible de ser filosofado. Edward Azorbo, de Rebeldes Marketing Online me ha dado las claves para realizar este artículo que ya tiempo que tenía ganas de escribir: la filosofía del marketing online.
Toda estrategia de marketing tiene mucho de razonamiento. Todo tiene un porqué y las compras no son una excepción. Vamos a filosofar (a razonar) sobre este hecho, sobre los porqués y sobre las consecuencias que acarrea.
Comprar en una e-commerce u otra
¿Qué es lo que nos hace decidirnos por una u otra plataforma? ¿Nos detenemos a pensarlo como clientes o simplemente somos impulsivos? Estudios recientes afirman lo segundo, somos impulsivos y no es nuestra razón, sino nuestras emociones quienes compran por nosotros. Entonces, ¿Qué tipo de seres somos? Se supone que el ser humano es el único racional y por eso somos civilizados y compramos con sentido común. Pero parece que esta teoría hace aguas. Tras una compra, el cerebro es quién justifica la acción. Alea jacta est. Vamos, a lo hecho, pecho. ¿En qué lugar en la escala de la naturaleza nos deja esto? Hasta los chimpancés son más responsables.
¿Nuestras compras tienen que ver con la crisis?
 Nuestro país se ha visto sumergido en una profunda crisis económica. Esto está estrechamente relacionado con el punto anterior: compramos a través de las emociones, no con el cerebro. Así que, nos decidimos a comprar una casa, de cuya hipoteca no nos podemos hacer cargo, para hacer feliz a nuestro marido, para aparentar o para lo que sea. Aunque no voy por ahí, no fuimos los que compramos los culpables. Lo son los que vendieron. Los bancos nos animaron a comprar, a sabiendas de que no podríamos pagarlo. ¿Cómo no hacerlo si era un negocio fantástico? Tú, cliente roñoso, me pagas hasta que puedas y cuando dejes de pagar me quedo con tu casa; ahora, firma aquí. Lo dicho, un negocio redondo en el que caímos como monos.
El arte del marketing para vender
Por eso, vender se trata de arte. Hay que llegar al corazón del consumidor, no tanto al cerebro, y disparar a matar. A día de hoy, con el comercio electrónico, la cosa está mucho más complicada. Es tanta la oferta, que es complicado que el cliente potencial te encuentre para poder tirarle en anzuelo. Por eso, una vez que el usuario llega a tu página hay que ser un tiburón: pop ups, banners que te persiguen por el navegador, carritos de la compra que ruedan por cada página que visitas… Todo vale con la excusa de vender. Un acoso tal, que me hace preguntarme si esos chimpancés de los que hablaba antes no serán mucho más humanos que nosotros.
Emprendedores supervivientes
Sólo hay algo que justifica todas estas herramientas: el instinto de supervivencia. Ser emprendedor no es tarea fácil y hay que vender para sobrevivir. Por eso, usar todo lo que está a tu alcance es legítimo, se entiende, es razonable. Y ya estamos de nuevo: somos impulsivos ante nuestras estrategias de venta pero lo razonamos a posteriori a través de nuestro cerebro. Y de nuevo hay un culpable: si este sistema capitalista que tenemos no fuera tan agresivo, si el gobierno no nos ahogara con impuestos y dejara de ser tan benevolente con sus colegas de partido… si esto y si lo otro…. Los humanos seríamos una raza excepcional. Mientras tanto, dejamos bastante que desear.
Por lo pronto, voy a seguir investigando en el blog de marketing online de Rebeldes Marketing Online, a ver qué nuevas estrategias de marketing para mi tienda online me propone el experto Edward Azorbo.

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